Los lubricantes son una forma segura y eficaz de mejorar la experiencia sexual. Están diseñados para reducir la fricción durante el acto sexual, lo que puede ayudar a prevenir el dolor y la incomodidad. Los lubricantes están hechos de diferentes materiales, como el agua, el aceite y la silicona. Los lubricantes a base de agua son los más comunes y se absorben fácilmente en la piel. Los lubricantes a base de aceite son más duraderos y no se absorben en la piel, por lo que pueden dejar una sensación grasosa. Los lubricantes a base de silicona son los más duraderos y no se absorben en la piel, por lo que pueden dejar una sensación grasosa. Los lubricantes están disponibles en diferentes sabores, texturas y consistencias, y pueden ser líquidos, cremosos o en gel. Los lubricantes también pueden ayudar a prevenir el contagio de enfermedades de transmisión sexual, como el VIH, la gonorrea y la clamidia, al evitar el contacto con fluidos corporales.