Las heridas son lesiones en la piel, los tejidos subyacentes o los órganos internos. Estas lesiones pueden ser causadas por una variedad de factores, como una caída, una lesión deportiva, una lesión por un objeto punzante, una quemadura, una infección o una enfermedad. Las heridas pueden ser leves, como una raspadura, o graves, como una herida profunda. Las heridas pueden ser abiertas o cerradas. Las heridas abiertas son aquellas en las que la piel se rompe y los tejidos subyacentes se exponen. Las heridas cerradas son aquellas en las que la piel no se rompe, pero los tejidos subyacentes se lesionan. Las heridas pueden ser agudas o crónicas. Las heridas agudas son aquellas que se producen de forma repentina, como una caída o una lesión deportiva. Las heridas crónicas son aquellas que se producen a lo largo de un período de tiempo, como una úlcera por presión o una herida por decúbito. Las heridas pueden ser tratadas de diferentes maneras, dependiendo de la gravedad de la lesión. El tratamiento puede incluir medicamentos, cirugía, terapia física, terapia ocupacional y cambios en el estilo de vida.